domingo, 31 de agosto de 2008





















EL ORIGEN DEL HOMBRE AMERICANO

Durante una época muy larga, que se extendió por millones de años, los seres humanos no existían sobre la superficie de la Tierra. Las selvas, los bosques, las llanuras y los mares estaban pobladas por especies animales cuyas formas nos parecen extrañas y que en su mayor parte ya han desaparecido. También las plantas y los árboles eran distintos de los que ahora conocemos. Los animales y los vegetales cambiaron lentamente, al paso de miles de años. Unas especies se extinguieron y otras nuevas se formaron. A esos cambios se les llama evolución.
Hace más de 2 millones de años, en las llanuras y valles calidos del sur y del este de África, aparecieron nuestros primeros antepasados. Ya eran distintos de los monos que existían en esa época, pero no eran todavía iguales al hombre moderno: su estatura era menor, como de 1.30 metros, su cerebro más pequeño, las mandíbulas muy desarrolladas y la frente inclinada hacia atrás.
Caminaban erguidos y eso les permitía usar las manos libremente.
Estos primeros antepasados del hombre formaban pequeños grupos familiares y se alimentaban de frutas, semillas y raíces, que recolectaban en largas caminatas, y de la carne de pequeños animales que cazaban. Vivian al aire libre y permanecían poco tiempo en un mismo lugar, pues sus fuentes de alimentación se agotaban muy pronto. Fabricaban instrumentos toscos, hechos de piedras que afilaban golpeándolas con otras mas duras, y que usaban como hachas o martillos, o de huesos y trozos de madera puntiagudos. Por su capacidad para elaborar instrumentos, a este primitivo antepasado los científicos lo han llamado homo habilis, que significa hombre hábil.
Es sorprendente que los primeros hombres hayan sobrevivido. Compartían su territorio con animales más fuertes y ágiles que ellos y tenían que vencer los peligros de las sequías, la escasez de alimentos y las enfermedades. Sin embargo, fueron desarrollando las capacidades que hacen al ser humano diferente de todos los demás seres vivos: podían pensar y aprender, enseñar a los jóvenes lo que habían aprendido, organizarse para trabajar en grupo y fabricar instrumentos sencillos.
Durante varios cientos de miles años, los hombres siguieron evolucionando. Aparecieron variedades humanas de mayor altura y peso, con un cerebro más grande. En algún momento en la prehistoria, que los científicos no han podido precisar, los hombres primitivos se extendieron desde África a las tierras de Asia, Europa y Oceanía. En esas regiones continuaron su evolución hasta que, hace unos 50 mil años, su aspecto físico era el mismo que tienen los hombres y mujeres de hoy en día. A estos seres humanos se les llama homo sapiens, que significa hombre que piensa.

LOS CAZADORES NOMADAS

Al paso de los milenios, los hombres prehistóricos fueron aprendiendo cosas nuevas y más complicadas. Su primer gran invento fue encontrar la manera de producir fuego: con el podían protegerse, calentarse y asar o tostar algunos alimentos.
El hombre aprendió también a fabricar instrumentos más elaborados: filosos cuchillos y hachas de piedra, puntas para lanzas de madera, agujas de hueso, raspadores para trabajar la piel de los animales. Con estos instrumentos se volvió más fácil cazar animales de mayor tamaño, cortar su carne y aprovechar las pieles para vestirse.
Hace unos 100 mil años, el clima de la tierra sufrió un cambio notable. La temperatura descendió y el intenso frió hizo que se formaron grandes capas de hielo, que no se derretían en los veranos y que avanzaron desde los polos hacia los territorios continentales. Una de las consecuencias de este cambio fue que, como había una inmensa cantidad de agua convertida en hielo, las lluvias disminuyeron y grandes zonas se convirtieron en desiertos. Por esa misma razón bajo el nivel de los mares y se unieron territorios que actualmente están separados por las aguas.
En lasa tierras de Asia y Europa, la caza adquirió mayor importancia, aunque siempre se combino con la recolección. Los grupos de cazadores eran nómadas, es decir, iban de un lado a otro siguiendo a las manadas de ciervos y renos, bisontes y caballos salvajes que se habían convertido en su principal fuente de alimentación. En cambio es probable que la caza del mamut y del gran rinoceronte de espeso pelaje fuera menos frecuente, por que esas bestias eran demasiado grandes y peligrosas para las armas rudimentarias del cazador primitivo.
Para sobrevivir, los hombres prehistóricos necesitaban organizarse. Muchas de sus actividades debían ser planeadas y preparadas: los viajes, el establecimiento de los campamentos, las grandes cacerías en las que participaba todo el grupo. El trabajo tenia que ser distribuido entre los hombres, las mujeres y los niños. Algunos miembros del grupo ganaban autoridad por su experiencia, sus conocimientos, su fuerza o su habilidad. Este fue el origen de la división del trabajo.
En la época de los hielos, el hombre aprovecho las cuevas para protegerse del frió. En varias de ellas, sus habitantes pintaron con tintes minerales y vegetales grandes figuras de los animales que cazaban. Es posible que besas pinturas tuvieran un significado mágico y todavía nos asombra el realismo con el que sus autores representaron la forma y el movimiento de sus modelos.

EL HOMBRE EN AMERICA

América fue el ultimo continente ocupado por el hombre, pues se cree que los primeros grupos humanos llegaron a este territorio hace apenas unos 40 mil años. Venían de Asia, seguramente siguiendo a las manadas de animales de caza. Estos primeros habitantes de América pasaron de siberia a Alaska, que en aquella época estaban unidos por tierra, donde hoy esta el estrecho de Bering, pues como sabemos fue la época en que el nivel de los mares había descendido.
Muy lentamente los grupos nómadas que llegaban a América viajaron hacia el sur, dejando atrás la capa de hielo que se extendía hasta la parte central de lo que hoy es Estados Unidos. Al pasar el tiempo, llegaron a poblar a América del Sur.
Los primeros pobladores de América tocaron por primera vez el actual territorio de México hace solo 20 mil años. Lejos de las zonas heladas, el hombre encontró un ambiente favorable para vivir. El clima era templado y el agua era entonces más abundante. Algunos grupos se asentaron en tierras mexicanas; otros siguieron su larga migración, siempre hacia al sur.
Muchos investigadores han estudiado los restos humanos y los instrumentos de los primeros pobladores de México. Los han encontrado en muchas partes de nuestro territorio, en cuevas y barrancas, o poscasualidad, al construir una carretera o presa. Por esos estudios sabemos que en la vida diaria del antiguo hombre americano, la recolección de plantas y productos animales era más importante que la caza. Las variedades silvestres de la calabaza, el aguacate y el maíz eran aprovechados y también sabemos que se alimentaban de animales del mar, pues en algunas regiones de las costas se ha encontrado restos de miles de conchas de ostiones y otros moluscos que nuestros antepasados desprendían de las rocas marinas o recogían en las lagunas poco profundas.
Estos científicos piensan que debido a las difíciles condiciones de vida, la población de lo que hoy es México era muy escasa. Unos cuantos miles de seres humanos, organizados en pequeños grupos, recorrían incesantemente nuestro enorme territorio.
América del sur fue poblada desde hace unos 15 mil años, como lo muestran los vestigios dejados por cazadores y recolectores en la costa del pacifico, en las alturas de los Andes y en regiones selváticas de Brasil. Sus formas de vida eran parecidas a las de los habitantes de mesoamerica; tenían una gran capacidad para adaptarse a diferentes medios naturales y para aprovechar sus recursos.
En las costas de Perú y Chile, por ejemplo, los pobladores desarrollaron una notable habilidad como pescadores y recolectores de moluscos.


LOS LÍMITES DE LA CAZA Y LA RECOLECCION
Los hombres prehistóricos sobrevivieron y se multiplicaron porque con ingenio aprovecharon los recursos que la naturaleza les ofrecía. Sin embargo, cuando un grupo depende de la caza y la recolección es poco lo que puede progresar.
Imaginemos sus problemas:
· los grupos humanos tenían que ser pequeños, porque era imposible asegurar va alimentación de mucha gente.
· los hombres permanecían poco tiempo en un solo lugar. Por esa razón no tenían más instrumentos y bienes que los que podían cargar en sus espaldas. Por eso mismo construían simples chozas de ramas o de pieles que abandonaban o desmontaban para viajar.
· Dependían de los cambios del clima y de los recursos que encontraban a su paso. No podían conservar los alimentos por mucho tiempo y, según la estación del año, pasaban por temporadas de abundancia y por otras de hambre y grandes privaciones.

Si reflexionas sobre estas dificultades, te darás cuenta de que la humanidad sólo podía progresar si los hombres encontraban una forma más eficaz y segura de obtener alimentos.































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